Palabras más palabras...

Si quisiera podría escribir un libro. No me importa si alguna vez es publicado o no. Quizás hasta no le diga a nadie que lo escribí. Sólo porque es mío, sólo porque me invade esa sensación de crear algo que nazca de mí, mis palabras, mis vivencias, mi vida. Aunque puede que no todo lo que redacte sea propio, mi imaginación abarca mucho y aunque la ficción no es mi fuerte, alguna que otra mentira aparecerá.
Está más que claro que quien escribe es para que alguien en algún lugar lo lea. El texto cobra vida cuando alguien sigue esa ilación de palabras. Si es que no, no tiene sentido. Es en esto donde el lector tiene gran participación, más que eso, se lleva el rol principal, protagónico. Si nadie leyera mi libro, nunca nadie sabrá lo que escribí. Cambio de opinión. Quizás si quiero que alguien lea lo que escribo. Si es que no, por qué este blog (aunque no lidera el número más alto de visitas).
La cuestión va en quien quiera venderse o no. Es cierto que el periodismo es una de las carreras que menos sustento da. Está comprobado que el campo profesional es mínimo. Quizás sólo por eso daría una oferta por mis escritos. De algo tienen que servir los cinco años de estudio. Pero todo es relativo. Claro que mirando hacia un futuro. Aunque me quedo con la idea de que el que quiere surgir, lo hará a base de esfuerzos. Yo me tengo fe.
Nadie sabe entonces lo que depara el destino. Suena bastante cliché, pero es cierto. Por el momento me dedico a llenar mis espacios vacíos. Escribir me complementa y no quiero dejar de hacerlo. Quien sabe, ahora que quiero que me lean, puede que termine publicando un libro. Debo reconocer que es una de las metas que le he propuesto a mi vida.