jueves, febrero 23, 2006

Otra forma de vivir la vida...


Ya me es casi común escribir a base de ese sentimiento que llamamos "amor". Es raro, no soy una experta en el tema, al contrario, me he enamorado sólo una vez y creo que empiezo a reconocer que ahora es la segunda.

Está claro, no todos tenemos suerte en este tema y, cada vez se hace más difícil tener fe en que algún día aparecerá alguien que será un complemento en tu vida. Se pierden las esperanzas y nacen las típicas dudas que provocan, incluso, cuestionarse a uno mismo.
Pero no importa, algo pasará, quizás el futuro me depara algo mejor, debe ser un mal tiempo, sólo eso. Y pasan los días, las semanas y meses. Aún espero, porque no puedo buscar, dicen que no es bueno.

Me consuela el dicho "a nadie le falta Dios" ¿cómo tanto? somos muchos en el mundo y no nacimos para estar solos. Supongo que todos quieren una media naranja, un compañero, amigo y obviamente más que amigo. Conosco a alguien que interpretaría bien ese rol, lamentablemente no es el momento. No encuentro otra salida, no quiero sufrir, tendré que evadir, la verdad es que estar en ese estado aburre. Ojalá no se vuelva costumbre, las esperanzas mueven al corazón, y yo aún creo tener un poco de fe.

¿Y qué hacer por mientras? vivir la vida, qué incoherente, es obvio que si despiertas cada día es porque la vives. Quizás mejor sonaría vivirla de una manera distinta. Tratar de no pensar tanto, eso hace mal. Entonces, salir, conocer gente, hacer deportes, redecorar tu pieza, preocuparse de uno mismo, pueden ser buenas opciones. Opté por todas, no resultan de un momento a otro, pero sí pueden funcionar, todo va en meditar y autoconvencerse de que se puede estar bien solo.

Me siento mejor. Esto de escribir me ayuda bastante.

Volviendo al tema, es cierto que uno nace y muere solo, pero entre medio de estos dos límites hay un trozo de vida que compartes a diario con los demás ¿cómo entre tanta gente no existirá alguien que te acompañe? Todo va en la forma que cada uno tiene de caminar por este largo trayecto. Dicen que no se puede vivir sin una ilusión en el alma. Yo espero, he aprendido a valorar cada vez más mi paciencia.






PD: Quiero que algún día me digas de corazón que confías en mí...